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domingo, 23 de noviembre de 2025

EL DEBATE DEL ENOJO Y EL EXPERIMENTO SOCIAL

 


























El primer síntoma de la transformación política de un país es  comenzar a observar   situaciones que  no habíamos notado y otras que son inéditas, así como la división  y enojo de los que resultan  perdedores, lo que en cualquier  revolución se  nombran como bandos liberales y bandos conservadores. El despertar de conciencias en nuestros tiempos ya no se basa en situaciones  regionales sino  globales  y es debido a un cambio que puede ser  producto de los progresistas o simplemente de reformistas que actúan para el reacomodo urgente de un modelo que en el fondo es el acostumbrado por naturalidad humana y social. En el caso de México la sociedad  que estaba direccionada para únicamente atacar al Presidente en turno ha dado un giro entre quienes  aceptan al nuevo gobierno  que  abate  un presidencialismo abusivo   y aquellos otros  que en su mayoría  por control mediático imitan a las clases saqueadoras  y defienden a sus propios verdugos. Tal situación, -al menos hasta ahora-, no nos ha llevado  a situaciones peligrosas como es la polarización del país, ya que al existir una mayoría  aplastante en favor de la regeneración  de la vida pública de México, hace que quienes están en contra de  ello,  sean los que ataquen  y quieran convencer  por medio de la mentira que sí les resultaba en el pretérito, pero que no han podido  confrontar al no tener la calidad moral  ni las bases  sólidas que puedan sustentar un proyecto político  sano para ser una segunda opción a la que se oponen, ni el liderato   real  que  acepte errores y se divorcie de actos corruptos que dieron formación al Gobierno, al pueblo y al orden jurídico  dando  molde a un Estado Fallido. Tu  amigo, compañero, vecino o cercano a ti, que incluso pregona la palabra de Dios,   quizá no sabias que era corrupto, retrogradista o fanático, porque el plan del saqueo era  culpar de todo al gobierno del cual solamente se conocía al Presidente de la República pero no a sus legisladores ni a sus jueces,  ni a sus demás gobernantes que ni conocía, lo que  resulta lo de  menos, ante lo  lo peor, que  todavía sucede hasta ahora,  que es desconocer la composición  del Estado y el funcionamiento legal y operativo de su Administración pública. El abandono  hasta de   componentes  de identidad que dan paso al extravío del nacionalismo, facilita el desorden    en la escala de valores y la  verdad histórica.  Cualquiera que sea el tiempo político  es importante no  perder ni la calma ni el respeto, saber que al menos lo único   que se rescata en  la manipulación colectiva  es la paz social aunque se encuentre limitada  y siempre amenazada, pero que para seguirla conservando,  es importante reflexionar si ya debemos como sociedad mexicana  dar el paso de la ilustración para fomentar  el productivo debate que nos vaya preparando para abordar  temas de profundidad política  y se aproveche este momento dorado que vive la vida pública del país  en sus fuera máscaras, o   sí en su caso, seguimos con las pláticas  de  inmediatez politiquera y nos sentamos  a esperar para que oportunistas sean,  "quienes  como siempre", nos vengan a abrir el camino. Más en www.somoselespectador.blogspot.com