Quizá este 2024 no fue un año de sorpresas políticas ni deportivas pero sí de proyectos firmes en todos los ámbitos.
Para quienes no se dejan engañar por el direccionismo mediático, no fue sorpresa que Donald Trump haya logrado ser nuevamente presidente de los Estados Unidos.
Tampoco fue sorpresa que Claudia Sheinbaum se convirtiera en la primer mujer Presidente de México, en donde el margen de diferencia con Xóchitl Gálvez era evidente desde el inicio de la contienda electoral.
Tampoco fue sorpresa el bicampeonato del América en la Liga MX, aunque si lo fue que haya logrado el tricampeonato histórico, al jugar una de sus mejores liguillas.
El Cruz Azul después de hacer una temporada de excelencia al final volvió a ser un cruzazuleado que está convertido en un equipo chico aunque en el pasado fue campeonísimo.
En lo que a Juegos Olímpicos se refiere, México sigue marcando su liderazgo centroamericano y aunque se llevó metales como cada cuatro años, la delegación mexicana sigue sin ganar el oro.
Quien nunca se bajó de la medalla de plata presidencial fue el Presidente de México quien con su alta popularidad como mandatario, en seis años se mantuvo firme como el gobernarte más aceptado en el mundo solamente abajo del presidente de la India.
El ejército mexicano fue fundamental para lograr los objetivos operativos del Presidente López Obrador, aquella institución manchada por la matanza estudiantil del 68 y la matanza calderonista y un tanto la peñista, se convirtió en la pared de contención para un golpe de Estado, para la recuperación postpandemia en cuanto a seguridad nacional y también fue constructor de obras magnas que sustituyeron aquellas con planes de saqueo económico en perjuicio del país.
La recuperación de la política internacional por el actuar lópezobradorista, regresó el prestigio a México que estaba extraviada en el entreguismo imperialista. Rescató la política del asilo y de la solidaridad contra la embargaria, y eliminó el disimulo internacional, y de organismos como la OEA a quien solamente se le decía las verdades, por medio de las películas de Cantinflas.
El disgusto de los países con actuaciones antidiplomáticas, llegaron hasta el exceso como lo fue el despojo de la Embajada mexicana en Ecuador.
Nunca antes el peso mexicano se había colocado como la moneda más sólida después del Dólar como ocurrió en este 2024 y en casi todo el sexenio pasado, con todo y las dificultades del mundo.
Diferentes sectores y esferas trataron de frenar la continuación lópezobradorista, que se enfrentaba a un PRI descarado, al reconocer que es lo mismo que el PAN, a la mafia empresariada con el dominio de los medios de comunicación y hasta a fanáticos del conservadurismo y de la calumnia, pero no contaban con la viveza de la mayoría del pueblo de México.
La continuidad del proyecto de nación lópezobradorista se desarrolló en un plan C que consistió en obtener la mayoría calificada en el congreso federal y en los locales situación que al final convirtió a Xóchitl Gálvez en una delincuente mentirosa, perdedora y la menos votada de la historia, incluyendo a Labastida y a Ricardo Anaya.
Aunque la oposición resistente está moralmente derrotada, no se esperan tiempos fáciles para el sexenio de Claudia Sheinbaum en donde se predicen golpes bajos y de mayor intensidad que lo fueron las campañas electorales y con un peligro latente.
Así como se han abolido algunas corridas de Toros por el maltrato animal, de la misma manera debe derogase cualquier plan o situación que entorpezca la libertad del pueblo.
Un solo hombre logró dar cambio a la vida administrativa y política del país, que fue López Obrador aunque muchos en su mundo de ignorancia feliz, todavía piensan que las reformas al poder judicial admiten recurso esperanzador para que no prospere y que las reformas constitucionales serán frenadas.
Espectadorito que ha sido acertado en sus predicciones, espera que la felicidad sea una condición certera en sus vidas en este 2025.
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