La llegada al cementerio de Jacqueline Goldsmith
causó mucha expectativa,
pues resulta más bella y elegante
que la propia catrina.
Los vampiros alborotados
le dieron la bienvenida,
y le pidieron autógrafos
a la conductora más fina.
Más noche comenzó el baile,
todos querían ser su pareja,
desde la momia tiesa
hasta el monstruo sin cabeza.
Después llegó la mesa
ya con la ofrenda puesta
en donde había un letrero que decía.
"Goldsmith es la más bella".
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